La relación de las mujeres con las bicicletas es bastante compleja. Por un lado, a veces nos vemos obligadas a prescindir de las dos ruedas, ante el peligro que supone andar solas por la calle. Por el otro, al pedalear somos capaces de liberarnos de las cadenas que nos atan a la quietud del hogar y la familia, entre otras opresiones. Por estas razones es que Mariana Salvador se anima a decir que andar en bicicleta nos permite «hacer política».
Por Dani Deicas, desde Santa Fe*
Una cosa es hablar de las bicicletas y otra cosa es hablar del uso de las bicicletas en las ciudades. Mariana demuestra con cada palabra, la seriedad y el compromiso que esta temática tiene para ella. La entrevistada forma parte del colectivo «Santa Fe en Bici», que se presenta en su sitio web como un grupo de «personas interesadas en incentivar el uso de la bicicleta como medio de transporte en la ciudad entendiendo que ésta es una herramienta de transformación social muy importante». En una de sus redes sociales, la ciclista y activista propone el empoderamiento de las mujeres bajo el hashtag #pedaleacomounapiba. Así, a cada una de nosotras nos anima a pedalear con arengas como: “dale, hacelo así, tan bien como una piba.”
Podría decirse que Mariana comenzó a involucrarse en la temática luego de un hecho que la marcó. «Un día tuve un siniestro, casi me choca un auto, andando en bici. De una crisis y enojo por ver toda esta situación se creó una fanpage, que tuvo mucha repercusión. Y se fue canalizando en lo que hoy es Santa Fe en Bici.»
El correlato de su inquietud por el uso de las bicicletas en las ciudades tiene que ver con su historia de vida: “nunca estuve conforme con el mundo en que vivimos. Me molestan las injusticias sociales…» La activista por los derechos ciclistas en las ciudades comenzó a percibir cada vez más esas desigualdades en sus ámbitos cotidianos. Mientras tanto, en las ciudades, cientos de miles de personas se tropezaron con autos y bicicletas que comenzaron a utilizarse de una manera mecánica y poco humanizada en las calles: «…vi reproducida en esa injusticia social, esas relaciones de poder dispares en el espacio público, donde se favorece un determinado grupo de personas, que generalmente es el que puede acceder al vehículo particular motorizado, dejando de lado, relegado, prácticamente a merced de nada, a las personas que andan en bicicleta. Y también al observar el trato que sufrimos los peatones.»
Será que las mujeres estamos tan conectadas en nuestras luchas, que las expandimos a todos los rincones. Y es que, para Mariana Salvador, al andar en bicicleta «las mujeres sufrimos doble tipo de violencia. La violencia vial que sufrimos todos, y la violencia de género, que también se reproduce en el espacio público, traducido en violaciones, acoso callejero, micromachismos… Como la idea de que la mujer conduciendo es un desastre. En verdad, la lógica patriarcal dice que el espacio público le corresponde al hombre blanco, macho, productivo, y que la mujer debe quedarse lavando los platos, es decir, en el ámbito privado.»
Y también será por eso que a fines del siglo XIX, la feminista y sufragista estadounidense Susan Anthony dijo que “la bicicleta ha hecho más por la emancipación de la mujer, que cualquier otra cosa en el mundo”. Hoy, con un estilo similar, Mariana propone «…generar pedaleadas masivas nocturnas, enseñarles a andar en bici, muchas no saben. Me parece super fundamental dar talleres de ciclomecánica para que cada mujer sepa y pueda arreglar su propia bicicleta. Creo que esos pequeños actos y acciones empoderan a la mujer y elevan la autoestima, la aceptación. Es todo un desafío mostrar, porque cuando una es ciclista hay una mayor exposición quizás que siendo peatona, aunque se corren menos riesgos, porque la peatona tiene más riesgos de enfrentarse con el otro.” Al consultarle a Mariana sobre alguna referente, si bien no mencionó a una en particular, sí habló de Andrea Maria, de Colombia. Ella es «quien empieza el movimiento de Mujeres bicibles, que se va a llamar Mujeres visibles y diversas, para ser más inclusivo, en poco tiempo. Además, contó que la misma «está haciendo todo un movimiento de mujeres diversas en bici en todo el mundo, fue a España, a varios lugares de Europa y Latinoamérica.»
Salir a las calles para empoderarnos del espacio público. Salir para encontrar nuestro lugar en las ciudades. Y las bicicletas serán nuestras grandes compañeras. Así, la entrevistada cree que si bien es complicada la situación de una mujer que sale a la calle a conducir «es mucho más desafiante porque implica un vínculo de libertad. Es un acto político para la mujer, lo está efectuando al momento en que pedalea, está haciendo política.”
*Este artículo es producto del trabajo de Dani Deicas en el curso virtual de periodismo de género: Periodismo con G, la entrevista, dictado por Sonia Santoro.