Estos son los lineamientos para un análisis político y mediático con perspectiva de género del lugar de las mujeres en la última contienda electoral. El trabajo fue presentado el 22 de noviembre en el Seminario “Las mujeres en el medio de los medios. Horizontes mediáticos de igualdad”, organizado por Cotidiano Mujer y la Comisión de Género de la Asociación de la Prensa de Uruguay (APU).
Por Sonia Santoro Foto: Marta Gonzalez
El 27 de octubre de 2013 en simultáneo a las elecciones nacionales, la ciudadanía porteña fue a las urnas para definir con su voto la nueva composición de la Legislatura de la Ciudad, que renovó 30 bancas. Revisando las listas de candidatos/as para las elecciones locales en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, encontramos que:
*Solo 3 mujeres encabezaron lista, sobre 24 propuestas (12.5%): Lista Acción Ciudadana-Anabella Schiaffino; Lista Confianza Pública-Graciela Ocaña y Lista Movimiento al Socialismo– Manuela Castañeira.
*Ningún partido grande (todos con lista completa) puso en cabeza a mujeres.
Es usual que los partidos incorporen mujeres estrictamente en los lugares exigidos por la ley, y salvo excepciones, el primer lugar está reservado para hombres. Aún hoy, sin embargo, como ha denunciado la diputada mandato cumplido María Elena Barbagelata, los embates contra el cupo no se detienen:»en la Ciudad de Buenos Aires, una agrupación presentó la lista con tres varones seguidos que, apelación mediante, fue revocada por la jueza electoral, restableciendo el cupo»[1].
*Las tres mujeres representaron a partidos locales, que en estas elecciones presentaron “lista corta” es decir que no llevaron candidatos/as a diputados/as y senadores/as nacionales, lo cual dificultó su instalación en la opinión pública.
*Las primarias abiertas y obligatorias (PASO) establecieron un mecanismo democrático en que todos los medios de comunicación debían ceder igual cantidad de espacio publicitario para la difusión de las propuestas de campaña y sus listas. Durante las primeras tres semanas de campaña las “listas cortas” no pudieron acceder a esos espacios. Recién el 18 de octubre se dio a conocer un fallo, que respondía a un amparo presentado por Graciela Ocaña y Rafael Gentilli, para que tuvieran el acceso a la publicidad.
Todas estas cuestiones relacionadas con la cultura política y el sistema electoral local tuvieron al menos las siguientes consecuencias negativas para las mujeres candidatas y la agenda de género durante la campaña:
*Hubo muy poca visibilidad de mujeres candidatas y de la agenda de género en los medios de comunicación.
*Políticas de trayectoria de distintos partidos políticos -como por ejemplo, María Elena Naddeo, María Eugenia Estenssoro, María José Lubertino, Lía Mendez, – tuvieron muchas dificultades para ocupar espacios mediáticos.
Además de las consecuencias en cuanto a visibilidad y falta de reconocimiento de las mujeres, eso también repercutió en los temas de agenda que se instalan en la campaña, ya que las mujeres son las que en su mayoría suelen llevar la agenda de género de los partidos. Si bien esta división entre «temas masculinos» (económicos, fiscales, estratégicos) y «temas femeninos» (mujer, niñez, salud, educación) reproduce la asignación de roles y prestigios tradicionales, y las desigualdades de poder y reconocimiento entre legisladores y legisladoras; las mujeres que se trabajan por una agenda de género son especialistas necesarias para instalarla en la opinión pública.
En el caso de estas tres primeras candidatas fue clara la apuesta de Castiñeira para instalar la complejidad de la interrupcion voluntaria del embarazo. Anabella Schiaffino no ha tenido prácticamente visibilidad mediática. En cambio Ocaña, sí la tuvo pero no habló especialmente de temas de género.
Resultados
Viendo los resultados de las elecciones, encontramos que de estas tres primeras candidatas, solo una logró imponerse y ser electa: Graciela Ocaña. Se trata de un caso particular ya que es una mujer que ha sido ministra de Salud de la Nación, gestión en la que se ha instalado en el conocimiento popular.
Agrupaciones políticas
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Votos
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Estimación de cargos
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UNION PRO
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618.496
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33,59%
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12 (4 mujeres, 33%)
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UNEN
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454.354
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24,68%
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8 (3 mujeres 26%)
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FRENTE PARA LA VICTORIA
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315.418
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17,13%
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6 (2 mujeres 30%)
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CONFIANZA PUBLICA
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108.231
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5,88%
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2 (2 mujeres 100%)
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FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES
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91.313
|
4,96%
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1
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ALTERNATIVA POPULAR
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77.880
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4,23%
|
1
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De los partidos que consiguieron escaños, el de ella, Confianza Publica, logró ubicar a dos candidatas. Hay que preguntarse si el hecho de que sea una mujer la que encabece y lidere el partido influyó en que la segunda de la lista fuera también otra mujer.
El resto de los partidos logró un promedio de un 30 por ciento, exactamente el piso que plantea la ley de cupo 24012, que opera en nuestro país desde 1991. Finalmente, sobre 30 legisladores electos, 11 fueron mujeres; lo que representa un 35 por ciento.
Cabe preguntarse si la orientación política de los partidos es determinante al momento de privilegiar la canditatura de las mujeres. Parecería que no. Todos, como decíamos, cumplieron con el mínimo impuesto por el cupo -Recordemos también el lugar que las mujeres tienen en los partidos políticos. Apenas el 15 por ciento de los partidos políticos de orden nacional (5 de 33) es presidido por una mujer. Mientras que solo el 20% preside algún bloque en las legislaturas provinciales[2].
Nuevamente una excepción la presentó Confianza Pública, que se planteó como un espacio nuevo de orientación progresista liberal y puso dos mujeres en la primeras bancas; sin embargo, no fueron prioritarios en su agenda los temas de género.
Condiciones partidarias para ganar
Evidentemente las candidatas mujeres tienen mayores dificultades para acceder a las listas y a ocupar lugares expectantes en ellas. Hay condiciones institucionales vinculadas a la estructura y cultura de la organización partidaria que limitan la participación política de las mujeres (gran cantidad de mujeres militantes y poca presencia en los órganos de decisión partidarios, por ejemplo).
Al mismo tiempo hay condiciones estrategias de la campaña que juegan por ejemplo la posición de las mujeres en las listas.[3] “Uno de los factores fundamentales de la primera posición o cabeza de lista es el denominado ‘voto de arrastre’. Comúnmente se considera que la cabeza de lista es el candidato más cercano al líder del partido, y por ello hay una tendencia ‘inercial’ a votar por el número 1”[4]. También hay otros criterios como liderazgo, el ser un personaje público o marketing político para definir esta posición. Es decir, que si bien se acepta la participación de las mujeres, no es una variable al considerar la elección de quién será el primer candidato; aquel por el que todo el partido trabajará y hará campaña con el fin de hacerlo visible y votable.
Estas condiciones electorales y partidarias, son a su vez reforzadas por las condiciones de los medios de comunicación que siempre buscan tener, entrevistar, consultar, fotografíar al primero de la lista, a “la frutilla del postre”, al personaje público reconocido.
Observando los diarios
Al mismo tiempo, ¿la línea editorial de los medios está relacionada con la mayor o menor visibilidad de las mujeres políticas o de las propuestas de género? En este punto, vale citar –no como excusa sino como dato observable- que los medios también tienen serios problemas de representación de mujeres en espacios de decisión. El mismo informe de ELA plantea que en 9 diarios nacionales relevados, tan solo uno tiene como directora a una mujer[5].
Realizado un acotado monitoreo sobre las versiones on line de los diarios Página/12, Clarin y La Nación durante la semana del 30 de septiembre al 6 de octubre, podemos vislumbrar un análisis de medios con perspectiva de género.
En el caso de Página/12, diario progresista afín al gobierno nacional, Graciela Ocaña, aparece citada en cuatro notas. En tres de esas se la menciona entre otras tantos, especialmente por ser una de “boleta corta”. La cuarta nota es un “breve” y de connotación negativa[6]
Castañeira aparece nombrada en dos notas, donde también está Ocaña. Y en una de ellas también aparece Anabella Schiaffino.
En Clarin, diario masivo de origen popular, hoy fuerte opositor al gobierno nacional, Anabella Schiaffino se encuentra citada en dos notas, una de connotación negativa centrada en la lista que representa, no en su persona. La otra nota se refiere también a las “boletas cortas”; allí aparecen mencionadas además las otras dos candidatas[7].
En el caso de Ocaña, es mencionada en siete notas, seis de ellas relacionadas con su papel de actual diputada opositora al gobierno nacional. La otra nota es la misma en la que aparecen las otras dos candidatas[8].
En el caso de La Nación, un diario conservador tradicional y centenario, en la semana relevada no aparece mención alguna a las candidatas Schiaffino y Castañeira. En cambio sí se encuentran cuatro notas donde se menciona a Graciela Ocaña. Igual que en Clarín, tres tienen que ver con su rol de diputada nacional opositora y una de ellas aparece como candidata.
Algunas conclusiones
Lo acotado del monitoreo, permite sin embargo llegar a algunas conclusiones y sistematizar el análisis:
1-En relación a cómo jerarquizan la información los medios:
*La variable o dimensión de género no es tenida en cuenta como valor o condición de noticiabilidad. En ningún caso, las candidatas son protagonistas de las noticias. No hay entrevistas personalizadas, ni se conocen sus propuestas de campaña.
*La agenda de género y la desigualdad de género tampoco son variables consideradas condición de noticiabilidad. Hay una única nota donde aparece la agenda de género. Es justamente una actividad promovida por el Parlamento de las Mujeres –órgano de la sociedad civil que funciona en la Legislatura porteña.
*La condición de noticiabilidad que predomina es la de importancia, que dice que son noticia los hechos que involucran a personas o instituciones públicas reconocidas. Graciela Ocaña es una figura reconocida en el mundo de la política. Actualmente diputada nacional ha sido ministra de Salud con gran visibilidad pública en relación a su gestión en el PAMI.
*También es importante como condición de noticibilidad la actualidad, es decir la coyuntura. Esta también le permite visibilizar a Ocaña, por una nota ligada a una denuncia contra un general designado jefe del Ejército por el gobierno nacional.
En este punto vale la pena recordar que, como dice la Federación Internacional de Periodistas (FIP), en su informe Herramientas de aprendizaje para un periodismo de género-ético y políticas de las empresas editoriales[9], “los medios informativos tienen el deber de observar y reflejar las experiencias, preocupaciones y opiniones de los distintos sectores de la población, incluyendo las mujeres, que constituyen la mitad de la raza humana”.
Al mismo tiempo, preocupa la ausencia de dimensión de género como variable para considerar qué es noticia y qué no lo es, o qué espacio se le dedica a una nota. Inquieta porque, retomando nuevamente el informe de FIP, “practicar un periodismo con conciencia de género no solo tiene que ver con mantener estándares profesionales y éticos. (…) También es más que eso: uno de los principios guía del periodismo ético es el derecho del público a saber”. Al omitir esta perspectiva estamos omitiendo información. En otras palabras, “a menos que se reconozca al género como uno de los diversos factores que afectan la experiencia que las personas tienen de casi cualquier cosa, y sea aceptado como una de las aristas a ser exploradas al cubrir lo que sea, los medios solo seguirán narrando una parte de la historia; cualquiera que sea esa historia”[10].
2-En relación a la forma de los artículos periodísticos:
*Ellenguaje oculta a las mujeres: en todos los casos hay un uso abusivo del masculino genérico para nombrar a candidatas. Aunque no se han observado descalificaciones en el tratamiento hacia las mujeres.
*Predomina el género informativo. No hay editoriales ni opinión ni entrevistas, lo que da cuenta de noticias de poca jerarquización.
* Las notas no tienen firmas o son firmadas por periodistas varones. La tenencia mundial es que aumentó la participación de mujeres periodistas cubriendo política y gobierno y en 2010 representan un 33 por ciento, según el último Proyecto Monitoreo Global de Medios (WACC)[11]. El mismo informe plantea que las notas a cargo de reporteras contienen más sujetos femeninos de las noticias en comparación con las notas que presentan sus homólogos hombres. Esta tendencia ha persistido en los últimos diez años. En 2000, 24% de los sujetos de las noticias a cargo de reporteras fueron mujeres, en contraste con solo 18% en las notas a cargo de reporteros. A la fecha las cifras son 28% y 22% respectivamente[12]. Aunque no hay gran cuestionamiento a estereotipos.
3-En relación a las coincidencias ideológicas entre partidos y medios:
*Aparece algún esbozo de relación entre orientación política progresista y visibilidad de agenda de género y/o candidatas mujeres. Página/12 es el único medio que publica una nota sobre el compromiso de candidatos/as a legisladores/as porteños/as con el tema[13].
*Se reconoce una mayor visibilidad de las candidatas en los medios en los que son
afínes a la línea editorial. Graciela Ocaña aparece en más cantidad de notas en los diarios Clarín y La Nación, en general por una noticia que desfavorece al gobierno nacional. En Página/12 aparece la única nota negativa para esta candidata.
En síntesis, como decíamos antes, las condiciones electorales, partidarias y mediáticas confluyen para ajustarse a lo mínimo impuesto por la ley de cupo. Mientras en los partidos las mujeres con aspiraciones políticas que no tienen un hombre de poder que las cobije, tienen que abrirse lugar a codazos, en los medios de comunicación –donde tampoco hay paridad de mujeres tomando decisiones, a pesar de ser el periodismo una profesión feminizada- no hay medidas ni estrategias que consideren la perspectiva de género como una condición que permita jerarquizar la visibilidad de las mujeres políticas, así como la agenda de género o la desigualdad.
Tanto los partidos políticos como los medios de comunicación están lejos de promover o impulsar los cambios necesarios para lograr la mayor participación de las mujeres en la política y eliminar las desigualdades.
Si bien se acepta y se espera que el periodismo promueva la transformación social para alcanzar sociedades más democráticas, pareciera que la variable de género no es contemplada dentro de estos estándares a alcanzar. Algo similar ocurre en el sistema partidario.
Y si las instituciones no cambian, no pueden constituirse en agentes de cambio.“Considerando que las mujeres constituyen poco más del 50% de público, la exclusión de su participación en las distintas esferas públicas sigue siendo una preocupación. De ello se sigue que las prácticas reporteriles que siguen colocando las desigualdades de género como objeto de interés público están en consonancia directa con la necesidad de un ejercicio responsable del periodismo y la ética profesional”[14].
Muchas de estas conclusiones no nos sorprenden porque se pueden percibir al leer los diarios cotidianamente y también concociendo su funcionamiento, así como el de los partidos políticos. Sin embargo, es importante empezar a desmenuzarlas y subrayarlas para alumbrar lo que nos falta por recorrer.
[1]“El cupo no entra en todas las listas”, Las/12, Pagina/12, 25/10/13.
[2]“Sexo y Poder. ¿Quién manda en Argentina?” , Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), 2010.
[3]Laigualdad esquiva. Una mirada de género a las Elecciones Generales 2006. Agora democrática, programa desarrollado por IDEA y Asociación Civil Transparencia, Perú, 2007.
[4]Ibidem.
[5]En las radios FM no hay ninguna mujer como directora, mientras que en las AM, una sola.
[6]“Una colectora del PRO”, Página/12, 30/9/13.
[7]Fuera de la semana observada,en Clarín Manuela Castañeira tiene más protagonismo en una nota de color centrada en la juventud de la candidata (“Las mujeres más jóvenes de la elección, lejos de los moldes y cerca del deporte”, Clarin,07/08/13 )
[8]“Boleta corta: fenómeno porteño que mezcla a veteranos e informáticos”,Clarin, 05/10/13
[9]Herramientas de aprendizaje para un periodismo de género-ético y políticas en las empresas editoriales. Libro 1: temas conceptuales, Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana, Federación Internacional de Periodistas, 2012.
[10]Ibidem.
[11]¿Quién figura en las noticias? Proyecto de Monitoreo Global de Medios, 2010, Toronto, WACC, 2010.
[12]En el monitoreo no se han observado fotografías ni un análisis más profundo del discurso, dos variables que pueden aportar a la profundización del mismo.
[13]“Políticas de género en la agenda”, Página/12, 3/10/13.
[14]Ibidem.
Pie de foto: Habla María Giaimo, periodista y semiologa, en el panel «La medianía de las imágenes y las palabras. Interpelando obviedad», compartido con Sonia Santoro.