LA VIOLENCIA EN NÚMEROS

Tenemos números. De violencia contra las mujeres, femicidios, de lo que dicen los medios, o no dicen, sobre esa violencia solapada tantas veces pero tan presente aún. La semana pasada se presentaron dos informes que dan cuenta de los femicidios de mujeres en el país -el libro Por ellas… 5 años de Informes de femicidios, de La Casa del Encuentro- y de cómo tratan los noticieros televisivos la violencia contra las mujeres –Monitoreo de Violencia contra las mujeres en noticieros televisivos, del Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión. 
 
Por Sonia Santoro
El martes pasado, La Casa del Encuentro presentó el libro Por ellas… -que se puede descargar gratuitamente, gracias al apoyo de la Embajada de Estados Unidos, AVON y Naciones Unidas-. 
Ellas son unas pioneras en el asunto. Vienen produciendo estadísticas desde enero de 2008 cuando Ada Rico, su actual presidenta, empezó a buscar estadísticas y no encontró nada. “Ada es la ideóloga”, dijo Fabiana Tuñez el martes, las dos detrás de un micrófono. Ada en silencio.
El 26 de noviembre de 2009 nació el Observatorio Adriana Marisel Zambrano, en homenaje a una mujer de 28 años que fue asesinada a golpes con un nivel de albañilería, en Palpalá, Jujuy por José Manuel Alejandro Zerda, su ex pareja y padre de su hija.
 “Este libro es el trabajo de cinco años ininterrumpidos”, contó Tuñez y luego vinieron los números, contundentes:
Hoy una mujer es asesinada cada 35 horas en nuestro país.
En estos cinco años 1432 mujeres fueron asesinadas por violencia de género, 1793 hijos e hijas quedaron sin madre, el 65 por ciento menores de edad.
En el 63 por ciento de los casos las mujeres fueron asesinadas en manos de sus parejas o ex parejas. El lugar más inseguro fue la vivienda.
En el 13 por ciento de los casos, los hombres tenían denuncia o exclusión del hogar.
Además de los números, el trabajo analiza el impacto que tuvo la sanción de la ley 26485 de protección integral para prevenir sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en los que se desarrollen sus relaciones interpersonales y de la modificación del artículo 80 del Código Penal que introduce el agravante por razones de género.
Además, da una serie de herramientas de trabajo tanto para periodistas como para todo el que quiera conocer los rostros de la violencia y también aspectos conceptuales. Por ejemplo se allana la confusión sobre qué hablamos cuando nos referimos a la violencia de género. “Ese frecuente escuchar cuestionamientos acerca del término violencia de género con argumentos que defienden que si los géneros son dos, masculino y femenino, la violencia de género puede ir desde cualquiera de ellos hacia el otro. (…) El género no se refiere a las mujeres o a los hombres, sino a las relaciones de poder entre hombres y mujeres y a la construcción social de  la feminidad y la masculinidad. (…) Ayuda a actuar sobre las desigualdades que surgen debido a los diferentes roles de las mujeres y los hombres y a cómo estas desigualdades ponen en desventaja a las mujeres”. En esa línea entonces plantean que violencia de género es equivalente a violencia hacia la mujer, violencia sexista o violencia machista.
El Observatorio trabaja sobre los femicidios que aparecen publicados en diarios y agencias de noticias de todo el país. Los medios tienen un rol muy importante en este registro, ya que no hay estadísticas oficiales sobre el tema.
 
La violencia en los medios
Al mismo tiempo, por ese papel tan importante en la construcción de representaciones sociales y porque en algunos casos pueden hacer mucho más de lo que hacen para impulsar cambios y prevenir, los medios se han convertido en objeto de estudio.
“Hay dos razones para hacer el informe. Una, porque los casos de violencia eran muchos ya en enero de este año, cuando empezamos a pensarlo. Dos, por el tratamiento que los medios hacen de estos casos, ya que construyen las noticias desde una determinada manera”, dijo Alicia Ramos, Directora de Investigación y Producción de AFSCA, el viernes pasado en la sede del ISER, donde se presentó el  Monitoreo de Violencia contra las mujeres en noticieros televisivos, del Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión, formado por el Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo (INADI), la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM).
Myriam Pelazas, coordinadora del Observatorio, explicó que se relevaron 300 horas de noticieros nocturnos de TV abierta (canales América, 7, 9, 11, 13), en las primeras quincenas de enero a abril de 2013. En esas horas se relevaron un total de 126 noticias sobre violencia contra las mujeres.
El marco legal del monitoreo está compuesto por la ley 26485 y la ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual (artículo 71).
Entre las variables que se consideraron, se midieron los tipos y modalidades de violencia: simbólica y mediática. Se analizaron las miradas de los informativos y las miradas del observatorio sobre la misma noticia. “Desde los medios hay invisibilización de las violencias. Por ejemplo, los medios observaron un 1% de violencia mediática y el Observatorio un 10%”. En cuanto a la violencia mediática, se observó que el 22 por ciento de las noticias hacía foco en aspectos morbosos, el 28 por ciento estaban descontextualizadas  (por ejemplo, hablaban de “un caso más”, “otro asesinato”), el 59 por ciento no consultaba a especialistas en la cobertura, y el 36 por ciento de los casos usó música de suspenso o incidental que otorga mayor dramatismo a la construcciones de la noticia.
También se compararon los distintos tipos de violencia y la calificación de los hechos que hacían los medios. Encontraron que el 52 por ciento hablaron de asesinatos, mientras que femicidio apareció solo en un 6 por ciento de las noticias.
En cuanto al tratamiento de las víctimas. En el 21 por ciento de los casos aparecieron como débiles, dependientes, sumisas o son revictimizadas como infantilizadas, subestimadas o se las presentó con características psicopatológicas, o bien se centraron en el vínculo entre la víctima y el agresor, justificando la violencia. Mientras que en el resto de los casos no identificaron ningún aspecto sobresaliente.
Además el 68 por ciento de los casos mostraron datos que permitían identificar a las víctimas.
En cuanto a los agresores, en el 59 por ciento de los casos aparecieron como responsables de la violencia, en el 15 por ciento de los casos se habló de celos, o de hombres con personalidad dominante; en el 15 por ciento fueron patologizados, como alcohólicos o adictos, en el 12 por ciento fueron demonizados (salvaje, verdugo) y en el resto no encontraron datos.
 
Perspectiva de género
El monitoreo también trabajó con una serie de variables que permitían medir si las noticias tenían perspectiva de género: contextualización de la problemática, foco en agresores, tema de interés público, referencia a instrumentos jurídicos (tipos de la ley 26485), lenguaje y terminología usados, inclusión estadísticas de violencia de género y femicidios, etc.
 Se observó que solo el 9 por ciento de las noticias incluyó esta perspectiva y que el 20 por ciento no incluyó ninguno de los aspectos de la perspectiva de género (por ejemplo hubo artículos donde se usaba la palabra femicidio pero no tenía perspectiva).
Además, ninguna nota registró el uso de un lenguaje no sexista.
 
Recomendaciones
 El informe termina con una serie de recomendaciones para el tratamiento mediático partiendo de la base de que “la violencia contra  las mujeres es una problemática social y de  interés público, por tanto su cobertura no  debe  entronizar  el  relato  del   episodio  individual,  personal  y  aislado,  teñido  de  matices sensacionalistas”.
Se trata de un trabajo profundo en soporte audiovisual, algo poco frecuente y muy necesario para seguir trabajar sobre las construcciones sociales que hacen los medios de comunicación de la realidad.“El monitoreo se plantea como una herramienta para los y las comunicadores con perspectiva de género y derechos, considerando a la comunicación e información como un bien social”, definió Ramos.
“Esperamos que sirva para que podamos seguir trabajando juntas y juntos”, instó Tuñez, secundada por Rico.
Porque los números son necesarios, pero no suficientes, por supuesto. Porque tampoco hay que caer en el peligro de vaciarlos de rostros, historias y vidas. Porque los medios pueden contribuir a promover los cambios necesarios para desnaturalizar la violencia. Porque falta mucho todavía. Porque este año, desde el 1 de enero al 30 de septiembre hubo 209 femicidios, según el Observatorio Marisel Zambrano. Porque hoy Zerda, el asesino de Marisel está libre y reclama la tenencia de su hija.