«COMO ME ENSEÑÓ MI MAESTRA»

 Hay desafíos en la vida que me atrapan y este de hablar de Marcela, para Marcela y para todas en cinco minutos me introdujo en un laberinto de recuerdos emociones, nostalgias y alegrías que recorrí a los tumbos. Sí está bien lo de los cinco minutos, hace mucho que no escucho la voz de Marcela, así de cerquita.
 
Por Coca Trillini
¿Cómo hago? ¿Qué digo? Me decidí: anécdotas. Anécdotas con intención, anécdotas de la vida misma, con las anécdotas guardamos aprendizajes  metabolizados.                
Igual, como es mi rito al pensar y sentir a otras mujeres, fui a la biblioteca, y desparramé algunos de los libros que atesoro.
Las casualidades no existen, existe la enredadera feminista, desde allí le digo gracias a Mabel por aquellos estudios sobre subjetividad y  salud mental de las mujeres, a Clara por algunas desnudeces del poder que tanto bien me hicieron. Gracias María Elena a vos y a las personas que hacen equipo contigo por esta oportunidad.
Cinco minutos. Hablé  con  varias de las  mujeres con las que llevamos más de 20 años compartiendo la vida: «¿te acordás en que año conocimos a Marcela en un encuentro de la Redde CDD en Méjico?» «No, no me acuerdo, no me pidas ahora que entre en el túnel del tiempo». Me reí, estamos envejeciendo. «Vino a Buenos Aires con las Católicas por el Derecho a Decidir por lo menos dos veces…sí, yo tengo algunas fotos  guardadas  y la letra de la canción que le hicimos,… si la encuentro te la presto», me dijeron otras  mujeres que hoy están acá…algunas también partieron, murieron  y las quise traer prendiendo una vela hoy a la mañana.
 
Acedota 1: Aquí les entrego un regalito, un paquete con moño rojo, de esos bien grandes y brillantes, dice cuando quiere que prestemos atención. En este paquete vienen: Liderazgos entrañables, con las entrañas, con el corazón, con lo que somos y lo que queremos ser.  Así lidera Marcela. Desde las entrañas nos desafía a gustar de la soledad que no es desolación, si uno de los caminos a la autonomía y nos aclara que la sororidad necesita los lentes lilas por que esos lentes son  parte de nuestra identidad.
 
Anécdota 2: «Miren que esto que digo es para las mujeres que no vinieron, no es para nosotras». Broma que dicha por Marcela significaba, «esto es importante». Así habla de sus maestras (acá hago un paréntesis, a veces las feministas somos un poquito pasionales y no quiero discutir con nadie porque sé que hay compañeras a las que no les gusta usar este término). Marcela nos presentó a varias maestras, elijo las que a mí me impactan por cómo las nombró y fui a conocerlas: Franca Basaglia, Luisa Muraro, María Zambrano.
Igual que ellas sos maestra, para muchas de nosotras.
 
Anécdota 3: «Ustedes tienen que hacer gárgaras de A». Nos decía cada vez que se nos escapaba un nosotros en lugar de nosotras. Vamos aprendiendo a decir nosotras en todas partes, pero todavía falta. Como  falta que no nos maten por el solo hecho de ser mujeres y que podamos interrumpir un embarazo de cuando así lo decidamos.
Hojeo los Cautiverios de las mujeres y me sale un ayayay!!!!!….tengo que dar otra vuelta a esta cinta de  Moebius, donde genealogías de mujeres hablan del amor.
Marcela cocina, teje, borda, cultiva plantas, se enferma y recorre el camino de regreso a la salud, escribe, conecta a mujeres socias de la vida, disiente con respeto y construye consensos, sufre, duela, sueña, ama.
Gracias, Marcela. Yo soy de las que dicen: «como me enseñó mi maestra de la vida Marcela Lagarde».